No te des por vencido ni aun vencido.
No te sientas esclavo ni aun esclavo.
Trémulo de pavor piénsate bravo
y arremete feroz, ya malherido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya, viejo y ruin, vuelve a ser clavo.
No la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su coraje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora
o como Lucifer que nunca reza.
O como el robledal, cuya grandeza,
necesita del agua y no la implora.
¡Que muerda y vocifere, vengadora,
ya rodando en el polvo tu cabeza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario