Es verdaderamente horrible, corrosivo, ver en alguien que te es muy querido y cercano la semilla de la clase de personalidad que desprecias en la gente que te rodea... Ver como va creciendo, lentamente, notando las bases de la clase de persona que va a terminar siendo.
Pero lo que realmente te destruye es tomar conciencia de que no podés evitarlo, hagas lo que hagas, que ya está fuera de tu alcance. Desesperarse en el deseo de cambiarlo, de salvarlo de sí mismo, y notar que te sentís solo en esa misión utópica, que a nadie más parece importarle lo que sea de él.
Pero...
Quién soy yo para juzgar qué es lo correcto? Quién soy yo para saber qué clase de persona es la que corresponde que sea? Quién soy yo para decidir qué es lo mejor para él? Quién soy yo para cambiarlo...?
Quién...
Yo sólo quiero que sea feliz...
En que te habras inspirado COF COF.
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